martes, 19 de noviembre de 2013

La revolución que esperábamos de Claudio Naranjo

Por una política de la consciencia

Podemos seguir pensando, entonces, que siguen teniendo razón Buda y Sócrates, y que una importante raíz del sufrimiento y de la destructividad en la vida humana es una especie de ceguera que no ve las cosas como son_ y que esa ceguera es perfectamente compatible con el saber analítico, con la alfabetización y con la abundancia de la información: vivimos hoy en un mundo muy bien informado y que sabe muchas cosas, pero se trata de una ignorancia letrada en que no se ven las cosas obvias, o por lo menos no se actúa de manera sabia.
Tomemos por ejemplo la ciencia económica. Todo el mundo sabe que los dueños del mundo, prácticamente, no son ya los gobernantes ni menos el pueblo, sino los economistas. Por lo menos, se puede decir que los gobernantes invocan la autoridad de los economistas, de modo que la economía es un instrumento de la política; pero en creciente medida son los economistas los que toman las grandes decisiones, y los banqueros, como si fuese cierto que son ellos los más calificados guías para la humanidad. El problema es que mientras más poder les damos a los economistas, más problemas económicos tenemos. Todo el mundo se da cuenta de eso, ya hay gente que se está poniendo a revisar la economía, y una de las críticas que se le empieza a hacer ahora, tras la crisis económica de 2008, es que los economistas no supieron predecir esta crisis que ellos mismos causaron con una ciencia económica que en realidad no es tan científica, sino que es más bien una justificación de las prácticas económicas habituales. Y empiezan a decir algunos economistas que el sistema de ecuaciones comerciales que constituyen el cuerpo de la economía no toma en cuenta lo humano ni toma en cuenta el ambiente. ¿Se puede considerar científica a una visión que concibe un sistema cerrado tan arbitrario allí donde la realidad es un sistema abierto, considerando las ventas y compras de trabajo y de bienes como si existiesen en un mundo separado de los humanos y la naturaleza, ignorando cosas tan obvias como la imposibilidad de un crecimiento industrial indefinido en el seno de un medio ambiente finito?


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